Desde el pasado dia 1 de diciembre se viene realizando el levantamiento del censo de población y vivienda 2010 y si hacemos una evaluación de lo que se ha hecho hasta la fecha hay que concluir que este censo es un total y completo fracaso, un rotundo desperdicio de recursos economicos y humanos. Nunca antes se habia gastado tanto en publicitar el levantamiento de este tipo de conteo, nunca se habian visto la clase de problemas logisticos presentados en esta ocasión, es alarmante la falta de preparación de los empadronadores y la falta de colaboración de una parte importante de la población.
Es increible que un operativo en el que se estima tiene un coste de mas de mil millones de pesos lo unico que al estado le interesa saber es cuantas personas hay en una casa, el numero de habitaciones, etc. Tal parece que a la Oficina Nacional de Estadisticas no le interesa saber cuantos Catolicos, Testigos de Jehova, Metodistas, Pentecostales, y locos (evangelicos) hay en este pais; tampoco les interesa saber si las personas tienen o no suministro de agua potable, tipo de instalaciones sanitarias, ingresos de los miembros de una familia, si recibe o no remesa, etc., etc., etc.
Este censo no puede servir de instrumento de desarrollo porque simplemente el estado no va a conseguir las informaciones necesarias para elaborar planes a mediano y largo plazo. Esta nueva experiencia solo ha servido, con toda seguridad, para que un grupo de peledeistas se llenen los bolsillos mas de lo que lo han hecho en los ultimos seis años y como siempre al pendejo contribuyente solo le queda pagar las facturas.
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